
EL AMOR POR LA FE Y LA OBRA

DEL CIELO A LA TIERRA.
¿Por qué la obra nos cura?
De Francesca PanfiliUna vez un sabio me dijo: 'La Obra será tu cura' y hoy, después de muchos años, me he tomado unos minutos para reflexionar sobre la profundidad de esta frase en el contexto del camino de iniciación del espíritu que estamos transitando.
Venimos al mundo numerosas veces. Somos almas viajeras que a lo largo de las eras adquirimos conocimiento y experimentamos con la bienaventuranza divina investigando, encarnación tras encarnación, acerca de la Fuente Primordial que nos generó, ese aliento luminoso de vida que nace y vibra en cada área de la Creación. Experimentación tras experimentación, llegamos a comprender la Verdad de la existencia como un camino en espiral que gira hacia el vértice piramidal de todo el universo. Experimentamos la eternidad, comenzamos a conocer la Llama Única de la cual todo se origina, dimensión tras dimensión. Y nos parece así que podemos aferrar al Eterno, que podemos vivir en Él, que podemos ser invadidos por su Luz, que podemos convertirnos en una sola cosa con Él.
A cada paso de la existencia, el alma aprende a conocerse a sí misma y el ego sum aprende a estabilizarse y evolucionar, mientras que la parte física, que inicialmente soporta el peso de la inspiración material y pesada de los tres reinos inferiores, poco a poco es llevada a elevar cada vez más su vibración, encarnación tras encarnación, y así el cuerpo comienza el proceso de disipación transformándose en polvo de estrellas que a su vez se funde con la vida, la dona y participa en la danza de la existencia.
El espíritu, consciente de todo pero sin experimentación, debe recuperar la memoria perdida cuando se lanza desde el trampolín de un punto en el infinito, inefable y eterno, para sumergirse en el océano de la vida. Y es así que trepa abismos y profundidades, tratando de emerger lentamente, reconociéndose y reflejándose gradualmente en el Eterno, adquiriendo experiencia, sabiduría, conciencia y deseo de reencontrarse con el Dios que lo generó. Un Eterno que siente vibrar dentro de sí como nota constitutiva de todos los mares atravesados en el curso de edades y dimensiones. Y en todo esto el alma, que nos da forma y se adhiere a la consistencia material del cuerpo, aprende, estudia, se sublima, percibe, se educa, se emancipa y se cura de las afecciones del ego. Se cura de sus instintos disfuncionales y primitivos que conducen a un cuerpo aún ligado al elemento animal, fuertemente dominado por el instinto de supervivencia y de reproducción que luego, poco a poco, se refina en sus glándulas endocrinas para dedicarse por completo a la fatiga del ascenso: desde el bajo impulso carnal de la supervivencia, a través de la búsqueda de alimento, la defensa del territorio y la reproducción, la parte límbica comienza a alquimizarse siguiendo los insumos evolutivos del espíritu. Al sobrevivir a las fieras del materialismo, el alma se educa para la supervivencia del camino iniciático. Por el instinto de obtener alimento, el hombre se vuelve sediento de Verdad y ansioso de justicia. Así comienza a experimentar compasión y empatía por cada forma de vida, que debe ser tutelada más allá incluso de su vida. El alma junto con el cuerpo evoluciona. Y en el camino de la cura, entendida como la posibilidad de sanación que Cristo nos ha dado en cuerpo, alma y espíritu, podemos limar emociones y hacer las paces con nuestro ser disfuncional. Y esto solo puede suceder aprendiendo el amor a través de la acción, la forma más rápida de llevarnos a la meta.

La iniciación en la conciencia, en la verdad, en el amor y en la justicia requiere resistir los impulsos centrípetos y centrífugos del ego que es egoísta, celoso, materialista, individualista, indiferente, hostil, consumidor compulsivo de relaciones, bienes y emociones. Un ego que haría resurgir en nosotros todos los impulsos que pertenecen a las frecuencias bajas e indistintas del ser del que hemos evolucionado y del cual deseamos ascender para abrazar la dimensión superior.
Así nuestra alma se recupera y nuestro cuerpo se cura y aprende a decir 'nosotros' en vez de decir 'yo', aprende el sentido de comunidad y colectividad que guía la cooperación creativa, reeducándonos desde ese instinto de muerte inherente a la lógica separativa de la realidad que hoy vivimos en el mundo neoliberal del globalismo, de las pulsaciones bélicas que se reflejan en todo hombre, a menos que uno decida emanciparse y curarse a través de la ciencia del espíritu. Una ciencia que se ejerce amando al prójimo como a nosotros mismos y ofreciendo nuestra vida a la Verdad. No importa si se habla el mismo idioma o si se ve de la misma manera a la realidad.
Lo que importa son los valores del 'nosotros' y el deseo de refundar una sociedad en la que la ética se convierta en el pilar de la existencia y en la que imperen el amor, el conocimiento, la justicia y la paz.
Este propósito que anima a la acción en nuestro camino iniciático es en sí mismo un acto terapéutico y de sanación profunda que imprime en nuestras células un metabolismo del espíritu capaz de redefinir y rediseñar los escenarios bioquímicos, físicos y etéricos. La epigenética celeste se activa, modula nuestros genes de manera diferente y los prepara para la perspectiva de eternidad que nuestro espíritu desea alcanzar. Esta luz de la realización de la intención crística nos lleva a amar, a la justa acción y modula de modo diferente la recepción y emisión de biofotones por parte de nuestro ADN, que se convierte cada vez más en una antena consciente de la fuente solar que hace nuevas todas las cosas.
La epigenética del espíritu modula los impulsos del cuerpo y del alma que guían al iniciado a la destrucción de la vieja casa hacia la construcción de un nuevo yo que se opone a los valores divisivos, violentos, involutivos y destructivos del mundo, para renacer y resurgir como un nuevo ser humano. Un proceso que activa o despierta la genética que proviene de los pueblos de las estrellas definida como GNA. Para así sanarnos del mundo, sanarnos de los males del ego, convirtiéndonos en hombres y mujeres nuevos, preparándonos para la nueva humanidad en la que Cristo nos ha educado y nos está guiando.
Esto sucede en la Obra y siento profundamente que de cada error y del servicio que realizamos podemos aprender y curarnos y esta es la fuerza del Maestro que nos cuida, nos protege, nos sostiene cuando el Padre nos somete a la tentación en el sentimiento, en la salud, en la economía y en la materia para resolver todos los pagos pendientes sobre los que nunca hemos querido poner mano.
La fuerza sanadora que cura cada herida del alma es la Suya. En la obra podemos vivir esto todos los días y estar agradecidos entregándole toda nuestra vida a Él, porque es por Él que estamos vivos, es por Él que podemos amarnos unos a otros, es por Él que toda la creación se ilumina con la alegría de existir y evolucionar, desde las piedras a los cúmulos estelares, del hombre común al ser de las dimensiones más evolucionadas que se inclinan a la eternidad y al aliento de la vida ansiosa por evolucionar.
'EL SIGNIFICADO DE LA FRASE "TU FE TE HA SALVADO" ES EL DE CONFIAR TOTALMENTE EN CRISTO. Y CUANDO CONFIAMOS TOTALMENTE EN EL, SUCEDE ESTO EN LA MATERIA, EN EL ETÉRICO Y EL ASTRAL: LA CONFIANZA TOTAL QUE TIENES EN EL GENIO SOLAR HACE QUE LA LUZ CRISTICA SOLAR ENTRE EN TI Y TE SANE. ASÍ QUE, SI CONFIAS EN CRISTO, QUE PERSONIFICA A JESÚS DE NAZARETH Y PONES TOTAL CONFIANZA EN ÉL, CON TODO SU SER, LA LUZ QUE ESTÁ EN JESÚS DE NAZARETH Y QUE ES CRÍSTICA ENTRA EN TU PLEXO SOLAR.
LA FE ES COMO EL AMOR CONTADO POR LA CANCIÓN ESCRITA POR EL GRAN RICCARDO COCCIANTE QUE SE TITULA 'CUANDO TERMINA EL AMOR'. CUANDO TERMINA UN AMOR, EL ENAMORADO YA NO PUEDE VIVIR SIN QUE EN SU MENTE SOLO SE ENCUENTRE EL AMADO Y LUEGO BUSCA UNA NUEVA IDENTIDAD, UN NUEVO TRABAJO, UNA NUEVA VIDA PERO SIGUE TENIENDO EN LA MENTE A ESA MUJER QUE ÉL AMA LOCAMENTE. EL AMOR ES ASI. TRANSFORMA ESE AMOR EN FE, ESA ES LA FE DE LA QUE JESÚS HABLABA CUANDO DECIA 'TU FE TE HA SALVADO' PORQUE EN ESE HOMBRE O EN ESA MUJER QUE QUERÍA SER CURADA, EL VEIA EL AMOR QUE SENTIA CRISTO POR SÍ MISMO.
UNA CLASE DE AMOR QUE TE HACE EXPLOTAR TU PLEXO SOLAR. VIVES CON ESTE AMOR TODO LO QUE HACES, INCLUSO LAS TAREAS DOMESTICAS, ÍNTIMAS Y PRIVADAS, LAS MATERIALES COMO COMER, DORMIR, LAVARSE, TRABAJAR, INCLUSO IMPLEMENTANDO TU IDEA SOCIAL O POLÍTICA, REALIZANDO ACTIVIDADES A FAVOR DE LA JUSTICIA O DE TU RELIGIÓN.
ES UN AMOR QUE TE ACERCA A LOS INTERESES DE TU AMADA O TAMBIÉN A SU RELIGIÓN SI TIENE UNA DIFERENTE A LA TUYA, SOLO PORQUE ESTÁS COMPLETAMENTE ENAMORADO.
Con amor
Francesca
23 de abril de 2021
Archivos adjuntos:
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14-09-20 Enamorarse de la mujer amada. La Obra.
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- 25-03-20 30 años. Actos de un cronista al servicio de los Seres cósmicoshttps://www.thebongiovannifamily.com/mensajes-2020/8979-30-anos-hechos-de-un-cronista-al-servicio-de-los-seres-cosmicos.html