PROFECIA DEL LAUREL DE LOS CÁTAROS
Por Mirtha Susana Rodriguez y Estela Casado
Los Cátaros una cultura avanzada para sus tiempos, sociedad basada en el AMOR al Prójimo, el RESPETO, la EMPATIA, la COMPASION, la SOLIDARIDAD.
El valor literal de la palabra CATAROS proviene de la lengua Griega que significa "LOS PUROS", tal y como se denominaban ellos mismos.

Era un movimiento religioso del siglo XIII cuya doctrina contenía 2 principios fundamentales y contrapuestos EL BIEN y EL MAL, siendo representada la parte ESPIRITUAL del HOMBRE por el BIEN) y la MATERIAL por el mal, para los cuales trabajaban toda la vida en la creencia que las almas humanas eran consideradas partículas luminosas procedentes del Padre, de la grandeza, del principio luminoso o Dios. La vida era sencilla sin bienes terrenales más que los necesarios para la subsistencia, la oración y el trabajo que eran sus armas para llegar al final con absoluta paz. Por esto fueron considerados heréticos en la Edad Media por su concepción del Bien y del Mal, la creencia en la reencarnación y que las mujeres pudieran acceder al sacerdocio, todo ello desencadenó una persecución de la Iglesia Católica hasta su exterminio, se puede decir que la Santa Inquisición romana comienza con la persecución de los Cátaros que son los auténticos seguidores de la doctrina de Jesucristo y de Maria Magdalena, y que eran los remanentes del Cristianismo verdadero.
El Laurel era el símbolo del AMOR PURO Y se dice que el último profeta Guilhem BELIBASTA condenado a la hoguera por la Inquisición aproximadamente en los años 1321/ 1323 dijo con sus últimas palabras :DESPUÉS DE 700 AÑOS EL LAUREL VOLVERÁ A REVERDECER, es decir que volverá a surgir una sociedad como la de los Cátaros y esos años se cumplirían justamente en el período 2021- 2023 .
Cuando los inquisidores los ejecutaban los mártires decían el laurel se ha marchitado, el puro amor se apaga, de ahí que esta frase del último PERFECTO (así los denominaba la Iglesia Católica) haya generado expectación, investigación y polémica considerando sus palabras como una profecía de que la Humanidad Empática y Amorosa resurgiría a 700 años después de este hecho.
La muerte en la Edad Media en al ámbito religioso era el paso ineludible por medio del cual el Espíritu era liberado a la vida eterna, creencia de los cátaros además en una vida preparatoria para el tránsito final, como algo lógico y natural, y el compromiso era producir actos de buena fe hacia el prójimo sin importar su credo ni posición social, cuyo logro cátaro era recibir al final de la vida la consolación siéndoles perdonados todas su faltas y pecados,
Los Cataros acogían a todo ser, le ofrecían lo mejor de sí mismos, ubicados en el sur de Francia, su forma de vivir era muy austera, su alimentación vegetariana, su vestimenta simple y una curiosidad es que la Cruz que usaban se parece mucho a la cruz orlada de Solari Parravicini y en su vestimenta llevaban ceñido a la cintura un cinto de hilo de lino y en una de sus cuerdas atada una bolsita y dentro el Evangelio de San Juan y una marmita para una frugal comida.
Existían similitudes entre católicos y cátaros, en cuanto a creencia sobre el alma la cual permanecía en el cuerpo durante 3 ó 4 días hasta lograr su total liberación con la ascensión a los cielos. Tampoco los cátaros expresaban su dolor como lo hacía la gente en la edad Media para mostrar su luto, en eso los cátaros lo tenían bien claro; el cuerpo pertenecía al "mal" por cuanto la muerte les liberaba de lo material, en un tránsito gozoso, al fin dejaban de sufrir las penalidades que la vida les hubiera deparado con lo cual el alma cátara purificada por sus buenas obras y la consolación accedía hacia el reino de Dios.
Era especialmente chocantes para el resto la forma de aceptar el suplicio del fuego en la hoguera, a ella se sometían incluso entonando cánticos puesto que para los cátaros era inconcebible ceder en sus creencias aun sabiendo el final tan doloroso, preferían el sacrificio que la pérdida de sus almas, similitud ésta comparable a los primeros cristianos enfrentados a la muerte, en los circos romanos.
La reencarnación en su religión consistía al igual que en otras orientales en la transmigración del alma tras la muerte, pudiendo adoptar el sexo contrario al que pertenecían en vida o bien seguir sin este cambio sexual; otra originalidad de sus creencias consistía en la pérdida de la clase social y por tanto perdían también la transmisión hereditaria haciéndolos a todos iguales entre sí.
Poseían como guía espiritual y base de sus creencias religiosas el Evangelio de Juan, por el cual evocando a Dios decían: por EL todo se ha hecho sin EL nada, toda una declaración de principios que defendieron a sangre y fuego.
