LEYENDA DE LOS ARBOLES

01.05.2023
"No solo en las leyendas, tus Sueños pueden superarse en la realidad. Es largo y empinado el camino de la Vida para muchos, solo la Fe nos encontrará tranquilos a la espera de superar nuestros Sueños."

Por Mirtha Susana Rodriguez y Estela Casado

Había en lo alto de una montaña tres árboles jóvenes que soñaban con frecuencia qué serían cuando fuesen mayores.

El primero mirando a las estrellas dijo : "Yo quiero ser el cofre más valioso del mundo, lleno de tesoros".

El segundo mirando al río suspiró : "Yo quiero ser un barco grande y llevar reyes y reinas".

El tercero mirando hacia el valle añadió : "Quiero quedarme en lo alto de la montaña y crecer tanto que las personas cuando miren hacia aquí, levanten sus ojos y piensen en Dios".

Pasaron muchos años y un buen día los leñadores cortaron los árboles, que estaban ansiosos por hacer realidad sus sueños. Pero los leñadores no acostumbran a escuchar ni a perder el tiempo en sueños. ¡Qué pena!

El primer árbol acabó transformado en un carro de animales para transportar estiércol.

Del segundo árbol se hizo un sencillo barco de pesca que cargaba personas y peces todos los días.

El tercer árbol fue cortado en gruesos tablones que fueron guardados en un almacén.

Decepcionados y tristes al verse allí preguntaban : "¿Por qué esto? ¿Para qué estamos aquí?".

Pero en una bella noche, llena de luz y de estrellas, una joven mujer colocó a su bebé recién nacido sobre aquel carro de animales. Y de repente, el primer árbol se dió cuenta de que llevaba sobre sí el mayor tesoro del mundo.

El segundo árbol acabó un día transportando a un hombre que terminó durmiendo en su seno, pero cuando la tempestad quiso hundir la barca aquel hombre se levantó y dijo : "Paz".

En aquel instante el segundo árbol comprendió que estaba llevando al Rey y Señor del cielo y de la tierra.

Años más tarde, a la hora sexta, el tercer árbol se estremeció cuando sus tablones fueron unidos en forma de cruz y un hombre fue clavado en ellos. Por un instante se vió horrible y cruel. Pero cuando amaneció el Domingo el mundo se llenó de inmensa alegría.

Aquellos árboles habían abrigado sueños y deseos ..., pero la realidad había sido mil veces más grande de lo que jamás habían podido imaginar.

Y el tercer árbol comprendió que en él habían colgado a un hombre para salvar al mundo y que, al mirar el árbol de la cruz, las personas se sentirían infinitamente amadas por Dios y por su Hijo.