
LEYENDA DE LA VIOLETA

Por Estela Casado y Mirtha Susana Rodriguez
Según la leyenda popular la violeta es el símbolo de la primavera, del renacer. En la Edad media en el Sur de Alemania, era costumbre atar en una mástil la primera violeta encontrada y se bailaba a su alrededor para dar la bienvenida a la primavera.
En estos versos, que son como una invitación a la humildad:
Se como la violeta,
Modesta en el herbal, estricta, pura,
no como la rosa,
que siempre asombro despertar procura.
Nos encontramos con la modestia y honestidad expresados ya por San Bernardo. El Santo llamó a esta flor "violeta de la humildad". Fue adoptada como símbolo de la Virgen María.
Cuando el Emperador Napoleón fue desterrado a la Isla de Elba, prometió a sus seguidores, que volvería en la próxima primavera junto con las violetas. A partir de aquél momento la violeta fue el emblema de los bonapartistas y la contraseña de quienes deseaban su retorno. Se llevaron ramilletes en su honor y se popularizó el brindis "por nuestro Capitán Violeta y por su regreso en primavera" y en efecto Napoleón volvió el primer día de la siguiente primavera aunque sólo fuera por cien días, A su muerte se encontraron dos violetas secas en una cajita dorada que colgaba de su pecho. (Tierra de violetas-ion-laos-sentimientos.blogspot.com)
El nombre de violeta nos puede llevar a equivocarnos ya que no sólo son del color que éste indica, hay azules, amarillas, blancas y crema. Los romanos creían que las violetas eran las lágrimas de los Dioses que al caer en la tierra habían florecido al crear las estaciones y contemplar la belleza de su creación. En la Francia de los trovadores se premiaba la mejor poesía.


La violeta amarilla, leyenda mapuche de Argentina y Chile
