LA IRA DE DIOS ES UNA RESPUESTA DE JUSTICIA

Por Juan Alberto Rambaldo
Elegí referirme a un artículo y un mensaje que podrán leer más abajo, porque si bien se habla de la ira y de la justicia de Dios, parecería ser que solamente pensamos en ello cuando estamos viviendo una situación especial, pero luego la vida cotidiana y los avatares nos distraen.
La ira de Dios se está manifestando a todo nivel
Me gustaría aclarar que cuando hablamos de la Ira de Dios, no me refiero al sentimiento de la bronca humana sino a la consolidación de la justicia. Siempre decimos que en el cosmos existen unos principios entre los cuales está la armonía, el equilibrio, la justicia y el amor.
Existen quienes distinguen la "palabra" amor solo cuando hablan de Dios ya que lo identifican con sus propios sentimientos de amor pero que no corresponde a lo que dijo el Maestro: "Ama a tu prójimo como a tí mismo" porque Él hablaba de un amor impersonal, de un amor a todas las cosas creadas. Profundicemos aún más:
El prójimo te ama a tí como a él mísmo, y nos amamos todos como a nosotros mismos.
Eso está dicho de un modo personal cuando debería dejar de existir el tí y el mí, para existir el nosotros.
¿Qué se entiende por amor?
Es el sentimiento de pertenencia, de pertenecer a lo creado. Es la entrega total.
Entonces, la ira de Dios en realidad es la respuesta de justicia ante las actitudes absolutamente dolosas que realiza el hombre teniendo que volver a poner equilibrio, de lo contrario sería injusto, no sería amoroso y estaríamos confundiendo amor con desidia o con tolerancia ilimitada. El Padre es tolerante hasta que nuestra actitud sea pacífica y no ponga en peligro la existencia de esa célula microscópica que se llama Tierra.
Dios perdona, pero no en el sentido que nosotros damos al perdón. El perdón requiere del arrepentimiento, del cambio de conducta, sino, Dios no nos absuelve. Somos nosotros los que tenemos que lograr la absolución, no es un regalo, es algo que hay que ganarnos.
Como reflexión final me gustaría decir que nosotros tenemos que decir la verdad, porque van a suceder acontecimientos muy duros que son una manifestación en la Tierra de la justicia de Dios. No seremos de esos que dicen que no va a pasar nada. ¡No! van a pasar cosas terribles, siendo la única forma de menguar o sustraerse, cambiando y adoptando los principios que nos inculcó el Maestro hace más de 2000 años.
Es fácil de decir y difícil de hacer.
LA IRA DE DIOS
DEL CIELO A LA TIERRA
HE ESCRITO EL 16 DE ENERO DE 2014:
INTRODUCCIÓN TEOLÓGICA SOBRE LA IRA DE DIOS
HEMOS DICHO Y ESCRITO QUE LA IRA DE DIOS ES UN INFINITO ACTO DE AMOR A FAVOR DE LOS JUSTOS, DE LOS DÉBILES Y DE LOS AMANTES DE LA VIDA MUERTOS EN LAS MANOS DE LOS ASESINOS DE LA VIDA.
QUIEN NO COMPRENDE DICHA LÓGICA FILOSÓFICA Y TEOLÓGICA, NO COMPRENDE LA CONTINUA EVOLUCIÓN DEL UNIVERSO MACROCÓSMICO Y DE SUS HABITANTES.
ES UN ASNO DE LA FE Y DE LA VIDA, PORQUE EL ESPÍRITU OMNICREANTE ES AMOR PURO, PASIÓN INFINITA DE CREATIVIDAD Y DE MISERICORDIA.
CUANDO SU INFINITA JUSTICIA SE MANIFIESTA EN LOS PLANOS FÍSICOS MATERIALES ES LA EXPRESIÓN DE LA IRA DIVINA CON FUROR Y HEROICA PASIÓN DE FORMA TAL QUE VUELVA EL COSMOS (ARMONÍA) DONDE HAY CAOS (DISTORSIÓN), DETERMINADO POR LAS BAJAS FRECUENCIAS EN LAS QUE ORBITA EL SER HUMANO CON ESCASO DISCERNIMIENTO Y ABUSO DEL LIBRE ALBEDRÍO, DONADO POR EL ALTÍSIMO, JUSTAMENTE, CON JUSTICIA, PARA QUE EL HOMBRE VIVIERA LIBRE Y NO ESCLAVIZADO.
POR LO TANTO LA IRA DE DIOS EN LA BIBLIA ES COMPRENSIBLE SOLO SI NUESTRA CONCIENCIA ESTÁ PERSONIFICADA POR LA GNOSIS Y POR LA HUMILDAD.
EN FE.
G. B.
Pordenone (Italia)
16 de Enero de 2014
LA IRA DE DIOS
Así se denominan una serie de mensajes nacidos del Padre y comunicados a Giorgio Bongiovanni a través de Seres Solares.
El nombre no es una casualidad, aunque no me caben dudas que será polémico, al igual que su contenido.
Tengo para mí que -para entender la profundidad de los conceptos que se desprenden de los mensajes- es necesario comprender que el hombre traspuso todos los límites de la Ley Universal, desafiando a Dios como no lo hizo ni siquiera el demonio (explotó a sus hermanos, violó sus niños, alteró su propia genética, desangró a la Madre Tierra y está a punto de producir la destrucción del planeta…).
Con sus actos el hombre alteró el equilibrio planetario y está poniendo en peligro la armonía del sistema. Es un imperativo para el Padre restablecer ese equilibrio y esa armonía, eliminando a todo aquello que impide el avance evolutivo del planeta y de aquellos que obedecieron Su Ley.
Parece antitético que los cataclismos que se sucederán, la deriva de los continentes, el fuego que brotará del seno de la tierra y el que vendrá del propio Padre Sol, las tribulaciones, la muerte física de millones de personas, sean un acto dispuesto por la Suprema Autoridad del Dios permisivo que nos vendieron los difusores de las mentirosas enseñanzas religiosas.
Tenemos que entender que "la ira de Dios" es en realidad la manifestación de "Su Justicia" y que ésta también es un poderoso "acto de amor" del Padre que liberará a los oprimidos de la tierra, pero también a los perversos porque le pondrá fin al dominio de su "conciencia oscura".
"Quien tenga oídos para oír que oiga y quien tenga ojos para ver que vea" porque la Justicia del Padre nos salvará a todos y nos ubicará en el tiempo y espacio que corresponda a nuestro estado evolutivo: Desde los perversos que se transformarán en seres unicelulares flotando en las miasmas de la primera dimensión, hasta los justos que recibirán el reino prometido; pero lo importante es que "todos" -absolutamente todos- transitaremos (o volveremos a transitar) el camino que nos llevará al corazón del Padre, porque Él nunca nos abandona.
Estoy convencido que para comprender esto tenemos que vaciarnos de falsas emociones, sentir la alegría de que por fin la Justicia se manifestará sobre la tierra con su fuerza liberadora y comprender que esas falsas emociones no son más que el apego a la materialidad, al velo de la existencia física y al olvido de nuestra verdadera existencia espiritual.
Juan Alberto Rambaldo
12 Dicembre 2013
Programa N° 224, emitido el 28/2
