UNO SOLO, SOLO ES UN HOMBRE SOLO, PERO CON OTRO, ES UNA COMPLEJIDAD, UNA COMPLETUD

Por Juan Alberto Rambaldo
Hoy 24 de diciembre es un día en el que por un lado hay jolgorio, felicidad, movimiento, pero también, debería haber un momento de reflexión, porque el significado de la navidad en su sentido profundo es el inicio de una nueva etapa en la vida de la Tierra y de la humanidad, por decirlo de alguna manera, porque se pone en juego la aparición de un ser que incorporando al Cristo modificó la Ley y puso sobre el tapete la Ley del Amor y no la Ley del Talión.
Que no nos parezca poco, porque cuando miramos alrededor vemos que lo que está en juego es un mecanismo de agresión permanente no solo en lo personal, sino en lo social, en lo nacional e incluso en lo internacional como lo podemos observar en los conflictos bélicos que existen en todos los lugares del planeta, viviéndose agresiones inimaginables en este tiempo. Es un momento para decir: paremos, miremos el pasado, el presente y hacia adelante.
¿Qué es lo que nos vino a enseñar ese ser del cual estamos festejando hoy su nacimiento?
Nos vino a enseñar que la vida pasa por mirarse a sí mismos, pero mirando al otro, encontrarse y verse en el otro, que, uno solo, solo es un hombre solo, pero con otro, es una complejidad, una completud. Si nosotros nos miráramos de la forma en que Él nos dijo que lo hiciéramos "Ama a tu prójimo como a ti mismo" estaríamos viviendo en un universo de paz, de justicia y amor. Pero como nosotros no amamos como Él nos indicó porque NO amamos al prójimo, y diría, que a veces ni a nosotros mismos, por eso estamos viviendo tan mal hoy.
Él dijo que iba a estar entre nosotros y que cuando volviera, lo haría como un ladrón en la noche, cuando nadie lo esperara y en ese sentido les digo, que Él está aquí. Es más, aunque no lo crean está aquí el Padre, presente en carne y hueso, instalado en este mundo tan atravesado por el odio.
Él se encuentra preparando la venida de Su Hijo en la que vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. La venida de Su Hijo para inaugurar un mundo de paz, amor, solidaridad, igualdad, todo lo que en este momento está ausente en este mundo.
Por eso esta navidad tiene que ser de resistencia, de lucha y poniendo en la mira a un mundo distinto. ¡Una navidad en donde digamos basta de injusticias! Basta del individualismo acérrimo, es el momento de decir y gritar ¡Quiero libertad! La libertad en serio, la del hombre y la de la sociedad y para eso peleo y resisto.
Gracias Maestro, gracias Cristo, gracias Padre Adonai por haberme puesto en este momento en esta lucha.
Recordemos que el trípode que sostiene al universo es el amor, la justicia y la armonía es de esa manera que se sustenta la economía del cosmos. Es tiempo de asumir que somos una unidad para dejar de tener desamor, no solo a nuestros semejantes, sino, por la naturaleza, por los reinos inferiores.
Toda esta deformación que hemos provocado en la estructura psicofísica de los hombres no es gratuita, el Padre se va a hacer escuchar y se está haciendo escuchar con las situaciones sociales que se van presentando, y también se va a ser escuchar con los movimientos de los zigos, la fuerza de la naturaleza. Se que todos ustedes dirán que somos unos catastrofistas, pues no lo somos, transmitimos el mensaje del cielo, transmitimos una realidad que nadie quiere escuchar porque como el avestruz prefieren poner la cabeza bajo la tierra negando la realidad que nos rodea y los momentos aciagos que vamos a vivir generados por nosotros mismos.
Programa N° 215, emitido el 27/12
