DURANTE: EL APOSTOL DE LOS INICIADOS

DEL CIELO A LA TIERRA
11 de junio del 2022
ENCUENTRO CON UN HERALDO DEL SEÑOR
Estoy caminando por un sendero en las verdes colinas en los alrededores de Gubbio. Después de un período de trabajo muy intenso, sentí la necesidad de sumergirme en la naturaleza, que en esta época del año está más exuberante y llena de maravillas que nunca. Esta es la segunda vez que voy a este lugar, así que no conozco bien la zona. Los compromisos diarios no me permiten dedicar tiempo a este tipo de aventuras, me siento como un niño que explora el mundo con atención y asombro, me parece descubrir por primera vez los colores, los olores, el vuelo de las mariposas, los sonidos de los animales en el monte, los majestuosos cambios de las nubes en el cielo azul... basta una nada para sorprenderme, asombrarme, hacerme conmover. El sol ilumina los valles en el horizonte y pasa acá y allá entre las ramas que bordean el camino, mientras el viento mueve las hojas en el antiguo juego de luces y sombras que transfigura la realidad y hace surgir la alegría espontánea del corazón.
Voy en busca de una hermosa encina (roble) para recargar mi energía. Durante el trayecto, de repente una gran mariposa blanca pasa a mi lado y comienza a acompañarme, quedándose cerca de mí por diez, veinte, treinta metros... "¿Qué quieres de mí?", le pregunto en tono de broma. Luego vuela más rápido, me precede unos pasos y sigue volando como si me invitara a seguirla. Una voz sentimental dice "Sigue a la mariposa", y me llega un poema: "Sigo a la mariposa, guía de los misterios, hacia no sé dónde".
Llegamos así a un pequeño claro y la mariposa se eleva desapareciendo entre las copas de los árboles. Miro a mi alrededor y contemplo frente a mí dos hermosas encinas hermanas, una frente a la otra, que tendrán unos cien años. Me acerco, pongo las palmas sobre el tronco y respiro la vida que fluye, y mientras tanto rezo para recibir una señal de los Hermanos del Cielo.
Después de unos minutos me siento en la hierba para absorber las fuerzas de la tierra. Después de unos minutos me siento feliz y renovado, y decido irme a casa.
Levanto la vista para ver algunas señales en el cielo, pero me doy cuenta de que no estoy solo. Allí en el camino, a unos pasos de mí, un anciano me observa, me espera. Esto me parece extraño porque el lugar está bastante aislado. ¿Quién será? Doy un paso adelante y lo saludo. El hombre me mira a los ojos y dice: "Hoy has encontrado a alguien que ve el rostro de lo invisible, el Señor me ha enviado aquí para encontrarte".
Ahora díganme ustedes, "racionalmente", qué probabilidades había de que me encontrara con esta persona en ese lugar aislado donde de repente fui sin planearlo y sin avisar a nadie.
ENCUENTRO DE GIORGIO CON EL APÓSTOL PEDRO (Gino Durante) Y CON LA MADRE CELESTIAL MIRIAM -23 de diciembre de 1989

Saca una fotografía que muestra la imagen de Jesús en éxtasis con los estigmas en sus manos y señalando con su mano izquierda su luminoso corazón ubicado en medio de su pecho. Luego me saluda y se va, porque tenía prisa por irse. Traumatizado, me siento en el sofá a reflexionar sobre lo sucedido, teniendo la absoluta certeza de que "Gino" no era otro que "Gino Durante", el Apóstol Pedro.
CARTA DE ABSU ISMAILY SWANDI (DURANTE-PEDRO)
RECIBIDA POR EUGENIO SIRAGUSA26 de noviembre de 1967
UN VIEJO HERMANO DE LOS ANTIGUOS DÍAS ME HA ESCRITO:
Tal como diligente Marta me llevaste a todas partes con esmero y con cuidado, quitando el tiempo y los medios al agobiante peso de tus compromisos familiares, fuiste pródigo conmigo derrochador de tu generoso ofrecimiento. Tampoco te ayudé a realizar tu labor humana en las humildes tareas de tu morada, ni hice tanto honor, como se dice humanamente, a cuanto quisiste preparar en macro cósmicas proporciones para mi sustento físico.

Este es un binomio inseparable que, si está cimentado verdaderamente por el amor, forma un trípode indestructible sobre el que se alza toda la construcción divina. Ciertamente, no la obediencia servil, sino consciente: no la humildad de los signos exteriores, sino la sentida en la raíz de su semilla: la semilla de Cristo, la semilla que el Maestro presentó al hombre como indefectible atajo para llegar a la meta radiante y eterna, Porque esto, como sabes, por ley divina se les dio a todos los hombres la gracia de llegar en el curso de épocas y de ciclos que ellos mismos, en su propia libertad quieran.

Así que este atajo ni siquiera a ti puede ocultar las mismas espinas sobre las cuales el Maestro recorrió el doloroso Camino con Su paso seguro y triunfal, y esto tú lo sabes. Lo has comprendido bien, lo estás viviendo a favor del hermano sea lento e indolente, ya sea cobarde e incapaz, ¡eso es amor puro, es el fragor del ¡corazón!, ¡es el sacrificio de sí mismo por el bien de los demás! ¡Bendito seas en el Nombre del Señor!
Adjuntos:
29-12-21 Ecce homo
https://www.thebongiovannifamily.com/cronicas-de-las-arcas-2021/9882-ecce-homo.html
29-11-21 Que no les asalte la duda
https://www.thebongiovannifamily.com/cronicas-de-las-arcas-2021/9851-que-no-les-asalte-la-duda.html
10-11-20 Los discursos del Suspiro Luminoso
https://www.thebongiovannifamily.com/cronicas-de-las-arcas-2020/9270-los-discursos-del-suspiro-luminoso-discurso-xiv.html
06-10-20 Sirius
https://www.thebongiovannifamily.com/mensajes-2020/9241-sirius.html
05-05-19 Los viajeros de las estrellas
https://www.thebongiovannifamily.com/mensajes-2019/8630-los-viajeros-de-las-estrellas.html