PACHAMAMA

Debemos movilizarnos como activistas ambientales para promover y construir juntos un medio ambiente saludable y sostenible, abordar el cambio climático y proteger al planeta no sólo para las futuras generaciones, sino para este presente, ahora.
Por Estela Casado y Mirtha Susana Rodriguez
Es sabido que el 1 de agosto se celebra por este continente el día de
la Pachamama, diosa venerada por los pueblos indígenas andinos. También la
conocemos como la madre de la tierra/espacio. Madre Tierra. Los Incas la reconocían
como diosa de la fertilidad. Era una deidad omnipresente e independiente, con
el poder autosuficiente y creativo de crear vida en la Tierra.
La Madre Tierra es mucho más que el suelo sobre el que caminamos. Es el viento, el fuego, el agua, el elemento que se respira y que sostiene la vida y permite su prosperidad. Desafortunadamente, no estamos haciendo mucho por protegerla. La Pachamama es la principal víctima de nuestra sociedad actual y sus efectos sobre el medio ambiente. Además de venerarla y homenajearla con los rituales que se hacen principalmente durante el mes de agosto, resulta absolutamente necesario tomar conciencia y hacernos cargo de lo que como humanidad estamos haciendo con ella.
En Innumerables ocasiones desde este espacio hemos señalado las consecuencias del cambio climático, los eventos extremos relacionados al mismo, los residuos que se acumulan. La contaminación en las ciudades, en nuestras fuentes de agua. La destrucción de los ecosistemas… Parece tan ilógico, tan irresponsable.
Resulta irónico pensar cuánto tiempo los humanos han vivido en armonía con la naturaleza. Las sociedades antiguas no causaban grandes impactos sobre el planeta, si bien no era por propia decisión. Sin embargo, durante los últimos siglos, la sobreexplotación y la contaminación han comenzado a afectar el medio ambiente negativamente.
Ciertamente, la sociedad moderna es mucho más compleja en cuanto a sus interacciones con el medio ambiente. En contraste con aquellas antiguas, la sociedad moderna se caracteriza por la mecanización en gran escala, el uso masivo de tecnología y el dominio corporativo, así como por supuesto, transversalmente, la explotación de recursos naturales.
Es bueno señalar que nos hayamos excedido. Que deberíamos reconocer que hemos fallado en cuanto a la explotación ambiental; que en la cultura occidental nos equivocamos al crear una sociedad basada en el consumo y el descarte; que hemos perdido de vista los beneficios de los bienes comunes frente al bienestar individual y privado; que no hemos visto cómo nuestra lucha por la libertad ha impactado a otra gente significativamente. Que tal vez hemos olvidado el significado de trabajar juntos por ideales colectivos compartidos.
Por todo esto y aunque resulte abrumador ejemplificar con datos, cifras y reseñas, las vamos a señalar para que cada uno de nosotros hagamos un exámen de conciencia al respecto:
El 22 de julio de 2024 fue el día más caluroso registrado en el mundo, la temperatura media gobal supero los 16 °C según un análisis del Servicio de cambio climático Copernicus de Europa. El 21 y el 23 de julio de este año también superaron el récord diario, establecido en julio de 2023. Estas temperaturas récord son parte de una tendencia de calentamiento a largo plazo impulsada por las actividades humanas, principalmente la emisión de gases de efecto invernadero, según informa la agencia espacial estadounidense

Por otro lado, muchas de las causas siguen sin modificarse: avanza la desertificación de los suelos y el desmonte como consecuencia del agronegocio. Mientras tanto, los gobiernos, convocados por los organismos internacionales, siguen sin alcanzar un acuerdo que limite la contaminación por plásticos. A la espera de las negociaciones que deberían cerrarse a fines de este año, la ONU eligió como lema "Planeta versus Plásticos".
La Organización de las Naciones Unidas informó que, actualmente, se producen 380 millones de toneladas de plástico por año y solo el 9% de lo producido hasta ahora se ha reciclado. Dos tercios de los plásticos son para usos efímeros y, en un tiempo breve, se convierten en residuos: envoltorios y bolsas, por ejemplo. Desde el organismo advierten que, si se mantiene la tendencia actual, la producción de plástico se triplicará de aquí a 2060.
La ONU también informa que hay más de 16.000 sustancias químicas asociadas a los plásticos, muchas de ellas fuente de preocupación dada su elevada toxicidad, que puede repercutir en la salud humana y en la naturaleza. "Algunas de esas sustancias químicas se pueden licuara lo largo del ciclo de vida completo del plástico y aparecer en el aire, el agua y el suelo. Las mujeres y los infantes son especialmente vulnerables a esas sustancias tóxicas, pudiendo la exposición tener efectos de larga duración en la salud", alertan
PRODUCIR ALIMENTOS EN TIERRA ARRASADA
Para cultivar alimentos se requieren suelos sanos y
con biodiversidad, ya que contienen una gran cantidad de organismos de gran
valor que contribuyen a producir plantas sanas. Según la
FAO, cerca del 95
por ciento de nuestros alimentos se producen sobre los suelos.
"Labrar el suelo puede provocar su compactación, una disminución de la absorción de agua y una reducción de la materia orgánica. El uso excesivo o inadecuado de fertilizantes, la maquinaria pesada y el agua de riego de baja calidad pueden provocar la degradación del suelo y sus propiedades", advierten desde el organismo.
Cada año se pierden al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas y las mismas "se están degradando más rápido de lo que podemos restaurarlas". Esa es la conclusión del estudio publicado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).
Entre 2015 y 2019, según los datos de la CNULD, el mundo perdió al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas y productivas cada año, lo que equivale a dos veces el tamaño de Groenlandia.
El informe indica además que la degradación de tierras se acelera en África, Asia y América Latina. En África subsahariana 163 millones de hectáreas y en América Latina y el Caribe: 108 millones de hectáreas, han sucumbido a la degradación de tierras desde 2015.
Mientras tanto, el número de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda en el mundo se duplicó. La cifra se incrementó de 149 millones, antes de la pandemia Covid-19, a 333 millones en 2023, según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Por otro lado, en 2021 la FAO precisó que la expansión agrícola es la causa de casi el 90 % del desmonte mundial. Desde 1990 se arrasaron 420 millones de hectáreas de bosque. Las zonas más afectadas fueron África - Asia (sur y sudeste) y Sudamérica.
Por dar un mero ejemplo en relación a nuestro país, en 2023 se desmontaron en Chaco más de 57.000 hectáreas de manera completamente ilegal. Esta provincia viene encabezando los alarmantes índices de pérdida de bosques nativos que tristemente caracterizan a la región del GRAN CHACO, segundo mayor ecosistema boscoso y pulmón verde del planeta detrás del AMAZONAS. (Datos del diario La Nación del 22/04/2024)
CADA VEZ MÁS CALOR
El año 2023 fue el más caluroso con récords en
niveles de emisión de gases de efecto invernadero, calor y acidificación de los
océanos, lo que aumentó el nivel del mar y afectó a los glaciares. Así lo
mostró un informe de la Organización Meteorológica Mundial
(OMM), entidad
portavoz autorizada de las Naciones Unidas sobre el clima y el agua. El año
pasado, la temperatura promedio global de la superficie terrestre superó 1,45
grados centígrados por encima de la línea de base preindustrial.
En un día normal de
2023, casi un tercio de la superficie del océano se vio afectada por una ola de
calor marina, que dañó ecosistemas y sistemas alimentarios vitales. Asimismo,
las temperaturas de la superficie marina en el golfo de México y en el Caribe,
y la marca del fenómeno El Niño produjo alteraciones en los regímenes de
lluvias y sequías en la región. En tanto, los glaciares sufrieron la mayor
pérdida de hielo registrada desde 1950, con un derretimiento extremo tanto en
el oeste de América del Norte como en Europa.
Entre las zonas de sequía más significativas
estuvieron algunas regiones de Brasil, Argentina y Uruguay, lo que afectó el abastecimiento de agua en ciudades como Montevideo.
Es preciso que
reconsideremos urgentemente nuestra necesidad individual de tenerlo todo.
Debemos movilizarnos como activistas ambientales para promover y construir
juntos un medio ambiente saludable y sostenible, abordar el cambio climático y
proteger al planeta no sólo para las futuras generaciones, sino para este
presente, ahora.
Debemos comenzar a pensar como UNO CON LA NATURALEZA, CON LA PACHAMAMA.
Por último los dejamos con una frase reflexiva de Mahatma Gandhi:
"HAY SUFICIENCIA EN EL MUNDO PARA LAS NECESIDADES DEL HOMBRE, PERO NO PARA SU CODICIA."
FUENTE:
2) https://blogs.iadb.org/agua/es/que-hemos-hecho-con-la-madre-tierra/ por Marcello Basani (de nacionalidad italiana, es Especialista Senior de Agua y Saneamiento en la Oficina del BID en Uruguay.)
