CRONICAS DE SONIA ALEA

"Jesús vino, a puerta cerrada, se detuvo entre ellos y dijo:

¡La primavera renace en una explosión de colores!
Es la belleza y pureza de un niño. Así como el verano es la pasión de un joven.
El otoño es la madurez de un hombre y el invierno es la sabiduría de un anciano. ¡En un ciclo de continua muerte y renacimiento en esta maravillosa escuela que es la Vida!...

CERRAR LOS OJOS Y SENTIR TU PERFUME, TU DULCE Y CALIDA PRESENCIA...
NUESTRO ESPIRITU SE LLENA DE UN AMOR INMENSO, SUBLIME, UNICO, UN AMOR QUE ARDE DENTRO COMO UN FUEGO ENCENDIDO. UN AMOR QUE CONMUEVE NUESTROS CORAZONES HASTA HACERLES LLORAR DE AMOR, DE ALEGRIA, DE INMENSA TERNURA. TU DIVINA PRESENCIA ENCANTA NUESTROS ESPIRITUS CON SU SUBLIME BELLEZA...

La última hoja cae de un árbol ahora despojado. Sus ramas desnudas se destacan contra el cielo azul de invierno, como brazos implorando ayuda. Son los brazos de la humanidad despojada de sus valores morales, violentada en su pureza, burlada en la verdad de su esencia. Brazos que buscan el vínculo con sus orígenes que desde el cielo los conecta...

Volcamos hacia Tí nuestra plegaria en este día de la Inmaculada Concepción y en todos los días de nuestra vida;

A veces suceden cosas, acaecen situaciones que pasan rápidamente delante nuestro y que si no las imprimimos en nuestro Espíritu, en nuestro corazón, si no nos detenemos a pensar en el gran Valor que tienen, se nos escapan sin dejar huella, cuando en realidad Cristo nos había dado el inmenso honor de visitarnos una vez más.

HE ESCRITO EL 20 DE ENERO DE 2017:
SONIA ALEA HA ESCRITO LA VERDAD.

Pasan los días, los meses, los años, uno tras otro y aquí estamos aún con nuestro bagaje en los hombros tratando de vivir esta vida de la mejor forma posible, intentando superar las dificultades y las limitaciones. Al mismo tiempo algunos seres queridos nuestros se han ido a mundos lejanos y muchos niños nos han alegrado con su bendito nacimiento....

Encuentro con la "Comunidad Libre de los Apóstoles de la Fe" de Nuvolera(Brescia)

El templo de Dios y las luciérnagas de Cristo